DECRETAZO

USANDO EL PRETEXTO DE LA PANDEMIA EL GOBIERNO DE BOLIVIA CREA OTRA AMENAZA PARA LA VIDA

Con falsa excusa de proteger la seguridad alimentaria durante la pandemia del Covid-19, las autoridades bolivianas han dado vía libre a la introducción en el país de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya genéticamente modificados, lo que constituye un atentado a los cultivos nativos, especialmente el maíz.

Santa Cruz de la Sierra, 29 de junio de 2020.
Mediante el Decreto Supremo 4232, del 7 de junio 2020, el gobierno de la presidenta Jeanine Áñez Chávez ha dispuesto que se autorice al Comité Nacional de Bioseguridad para “establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa”. En los considerandos de dicho decreto se sostiene que la medida se toma en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus, para garantizar “el abastecimiento del consumo interno”.
Así, las autoridades de La Paz se escudan en una situación de emergencia para ceder a las presiones ejercidas desde hace mucho tiempo por los grandes grupos de agricultores, a los efectos de que se levanten todas las barreras para la penetración de los cultivos transgénicos. Aunque la soya transgénica se cultiva en Bolivia desde hace 15 años y el maíz transgénico entra de contrabando desde Argentina, el decreto 4232 tiene un carácter particularmente grave, porque aprueba sin discusiones con las organizaciones civiles, la evaluación acelerada del uso de cinco semillas, aprovechando la circunstancia de que la atención de la opinión pública está concentrada en el coronavirus.
SOS Maíz Bolivia ve con suma preocupación esta medida, porque puede agravar las ya numerosas amenazas que sufren las comunidades campesinas e indígenas cultivadoras de las variedades nativas de maíz, por la difusión clandestina de semillas transgénicas y la presión de los grandes intereses de la agroindustria.

Rodrigo Lampasona Soruco
SOS MAIZ BOLIVIA
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Entrevista con José Ledezma sobre el maíz nativo guaraní en Bolivia – 1era Parte

En la segunda expedición SOS MAIZ al Chaco boliviano en marzo del 2018 entrevistamos al investigador del maíz y de la cultutra guaraní José M. Ledezma en la localidad de Cuevo, cerca de Camiri, en el Chaco boliviano.

Hace 20 años en el Chaco boliviano se encontraban cerca de 18 variedades de maíz las que  se han venido erosionando a causa de la adopción de maíces híbridos que tienen como destino la comercialización. Este cambio en el uso del maíz tiene como consecuencia la pérdida de variedades tradicionales a la vez que representa una amenaza a la seguridad y soberanía alimentaria del pueblo guaraní.
La visión del pueblo guaraní sobre su cultura, sus alimentos y particularmente sobre el maíz se basa en que la cosecha puede ser guardada en el troje, una pequeña despensa que asegura la disponibilidad de alimento para todo el año.
El cultivo de estas razas nativas de maíz se realiza sin agroquímicos y de esta manera las comunidades  aún pueden disponer  de una alimentación segura, sana y nutritiva para sus familias.

El maíz boliviano en peligro

 

SOS MAIZ BOLIVIA en colaboración con CIPCA y BOLIVIA LIBRE DE TRANSGENICOS viajó al Chaco boliviano en marzo del 2018 para investigar las variedades de maíz nativo que los agricultores guaraníes custodian y defienden de la contaminación transgénica y de la negligencia de las autoridades.

En esta segunda expedición estuvimos en las comunidades guaraníes de Salinas y Cañon de Segura, en las cercanías de Camiri, compartiendo los sueños y preocupaciones de sus agricultores y guardadoras de semillas.
Entre los comunarios hay gran preocupación a raíz de la introducción de híbridos que son ofrecidos como donaciones por las autoridades sin tener pleno conocimiento de qué tipo de semilla se trata. Igualmente se van dando cuenta que sus variedades de semillas nativas, las que cuidaban celosamente sus padres y abuelos, son cada día más escasas, en un proceso irreversible conocido como erosión genética.
Por otra parte, se comienza a entender el grave daño que representa el ingreso de  maíz transgénico en Bolivia ya que en breve contaminará todas las variedades de maíz nativo que aún  conoce y guarda el pueblo guaraní.
La campaña El Maíz es mi Raíz que encabeza la plataforma Bolivia Libre de Transgénicos está denunciando a nivel nacional e internacional el grave daño que representa la aprobación ilegal de cultivos transgénicos de maíz en Bolivia.
Bolivia es centro de origen de 77 variedades de maíz representando un valioso patrimonio nacional fitogenético que se está perdiendo aceleradamente.
La organizaciones ambientalistas de todo el país denuncian además el profundo impacto ambiental que significará la ampliación de la frontera agrícola para el cultivo de nuevos eventos transgénicos como la soya, el algodón y la caña de azúcar, promovidos por el agronegocio, lo que traerá más deforestación, ausencia de lluvias y contaminación generalizada por el aumento del uso de agrotóxicos, especialmente el pesticida glifosato, reconocido como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud.